Habían pasado dos años y medio desde una investigación histórica cuando la familia volvió a pedirme ayuda por unos sucesos extraños en la vivienda.
Hay casos que cuando un investigador recuerda no puede menos que sentir la nostalgia de tiempos infinitamente mejores, a nivel personal y a nivel profesional. Podría coleccionar algunos de ellos que ya son parte de la historia de Sevilla por la trascendencia social y mediática que tuvieron. Como por ejemplo el del restaurante Viandas, la facultad de Bellas Artes, el monasterio de San Isidoro del Campo, el palacio de los Marqueses de la Algaba o la casa de los secretos.
En una anterior entrega narraba parte de todo lo que sucedía en el interior de esa casa de los secretos, pero cuando uno cree que un caso está archivado siempre puede saltar la sorpresa como, de hecho, ha vuelto a ocurrir.
Habían…
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