Jesús nunca fundó una Iglesia

   En ningún momento Jesucristo pensó en crear una Iglesia institucional como la que surgiría después. Lo que él hizo fue predicar un mensaje que después sus discípulos interpretaron y pusieron en práctica de muchas maneras. Una de ellas fue la creación de una institución que se llama Iglesia, pero no se puede decir que Cristo crease la Iglesia que conocemos históricamente.

- ¿Qué fue lo que quedó escrito en aquel momento?

Jesucristo no escribió nada. Todo lo que conocemos de él, su palabra, su mensaje, fue escrito por sus discípulos y por gente de su entorno, algunos de generaciones muy posteriores. Hay que tener en cuenta que Jesús murió hacia el año 30, y los escritos más antiguos del Nuevo Testamento son de San Pablo, de los años 50, y la mayoría son incluso posteriores, de los años 70 al 130, en un momento en el que ya se iban creando una serie de instituciones que son las que luego darán lugar a la Iglesia. El mismo San Pablo no conoció a Jesús, únicamente tuvo noticias de su mensaje y de su persona. Sin embargo fue el primero que hace una interpretación del mensaje de Jesús diferente de la que se hacía entonces. Lo que hizo fue convertir la figura de Jesús en un redentor, un salvador, en vez de un reformador y un profeta judío, como era hasta entonces. Interpreta la pasión y muerte de Jesús en clave de religión mistérica y hace de eso el centro de lo que será la nueva religión cristiana. Pero es una interpretación posterior.

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- Popularmente existe la creencia de que Jesús delegó en Pedro y le confió la labor de construir su Iglesia. ¿Se puede afirmar que es así?

Tampoco. No se puede decir que Pedro fuese obispo, porque no existía la figura del obispo en la época en que vivió San Pedro. Ni por lo tanto se puede decir que fuese el primer obispo de Roma. Son interpretaciones posteriores. En algunos evangelios, como el de San Mateo, se ponen en boca de Jesús algunas frases que posteriormente fueron interpretadas, sobre todo por los obispos de Roma, como un mensaje para poner en manos de Pedro la dirección de la Iglesia. Pero ésta es una interpretación que surge un siglo después, y que no aceptan muchas iglesias antiguas y actuales.

- ¿Por qué se convirtió Roma en el centro del poder de la Iglesia católica?

Porque era la capital del Imperio, y porque lo que podría haber sido anteriormente el centro de poder, Jerusalén, fue destruida por los romanos en el año 70, con lo cual dejó de tener ningún peso en la historia posterior de la Iglesia. Además los cristianos que vivían en Jerusalén y Palestina interpretaban a Jesús no en clave mesiánica, de redentor y salvador como hizo san Pablo, sino que lo consideraban un reformador judío. Los historiadores lo llamamos actualmente los judeo-cristianos.

- Fue entonces en origen una cuestión puramente política.
   Los obispos de Roma lograron establecer una preeminencia espontánea por el hecho de ser los obispos de la capital. El peso de Roma en el mundo antiguo era inmenso, y ese hecho ya les proporcionaba una primacía o una autoridad, simplemente por el hecho de ser los obispos de la ciudad más importante. A partir del siglo II los obispos de Roma fueron desarrollando la teoría de la herencia de San Pedro, basándose en una determinada interpretación del Nuevo Testamento.

- ¿En qué momento se le adjudican al Papa plenos poderes emanados de Dios?

Son ellos mismos los que se atribuyen o reclaman esos poderes. Algunos se los reconocen, sobre todo los obispos de occidente, donde el peso de Roma era más fuerte; mientras que los obispos orientales no se lo reconocen. Por eso en algunos lugares se impuso y en otros no. En cualquier caso hay que entender que la creación de la figura del obispo de Roma, o del Papa, es una creación histórica. No existe desde el inicio, sino que se fue desarrollando muy lentamente durante varios siglos en función de las vicisitudes históricas que vivió la sociedad cristiana de la época.

- ¿Cómo evoluciona entonces la figura del Papa?

A partir del siglo V, la desaparición del imperio romano en occidente facilita que de alguna manera el obispo de Roma llene el vacío que habían dejado los emperadores. Así se facilitó la difusión en el mundo occidental de la figura del obispo de Roma, con una primacía jerárquica obre las demás sedes episcopales.

Pero la figura del Papa tal y como luego llegará hasta nosotros, no se consolida hasta el siglo XIII, cuando, en la lucha contra los emperadores germánicos, tratan de mantener la autonomía de la Iglesia y reafirman la figura del papado, con sus atribuciones, sus símbolos de poder; recuperando la imagen de los antiguos emperadores romanos en la vestimenta, en los rituales, etc.

- Puesto que en el origen, en el legado de Jesús, no está la intención de crear una Iglesia tal y como hoy la conocemos, con una figura autoritaria como es el Papa, ¿no habría que cuestionarse la legitimidad de esta institución como brazo de Dios?

Muchos teólogos, católicos incluso, defienden que el Papa debería abandonar esta figura absolutista de poder personal para compartirlo de forma colegiada con otras iglesias cristianas, y facilitar la unión de las iglesias, lo que se llama el ecumenismo. El mayor obstáculo que se ha encontrado siempre, especialmente durante el papado de Juan Pablo II, ha sido la obsesión de mantener la tradición secular de que el Papa tiene un poder por encima de los demás obispos, incluidos los de las demás iglesias. El Papa trata de que los demás le reconozcan, lo cual es muy difícil, porque es romper con siglos de historia, en vez de ponerse un poco a la altura de los demás y defender una figura colegiada del papado.

Al Papa se le podría reconocer una preeminencia honorífica por razones históricas, pero no jerárquica, en el sentido de que lo que diga el Papa tiene que ser aceptado por todas las iglesias. Muchos teólogos católicos actuales defienden una revisión de la figura papal, incluso defienden un gobierno de la propia Iglesia católica menos absolutista, para encontrarse con los demás poderes, con los obispos, con el clero. Más democrática y menos monárquica, dicho en terminología moderna.

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Publicado por Nadia Holmes

Nadia Zakamska received her PhD from Princeton University. Before coming to Johns Hopkins University, she held a NASA Spitzer Fellowship and a John N. Bahcall Fellowship at the Institute for Advanced Study and a Kavli Fellowship at Stanford University. Zakamska's most recent work has focused on discovery and characterization of galactic winds powered by supermassive black holes. This long-sought process is now considered the key missing piece in our understanding of galaxy formation, and the removal of gas from galaxies due to black-hole-driven winds likely limited the maximal mass of galaxies in the universe. Using the Gemini telescope, Zakamska's group at Johns Hopkins University found unambiguous signatures of these powerful events in action, and she now uses large telescopes on the ground and in space to detect and characterize these powerful events at the peak epoch of galaxy formation, when black holes made a critical impact on the way galaxies appear today. I CANT CHANGE MY PHOTO YOU ERASED IT